También preocupa a los clientes la necesidad de mantenimiento y su coste elevado.
Sheila Blanco e Iñaki del Prim inician su andadura profesional conjunta a mediados de los años 2000, colaborando en diferentes estudios de arquitectura. “Estas primeras experiencias nos ayudaron a entender la profesión, y a poner en valor la construcción y la gestión de la obra”, afirman los creadores del prestigioso estudio de arquitectura Blanco del Prim.
Casi a la vez llegó el primer encargo en solitario, nada más terminar la carrera. Se trataba de una vivienda unifamiliar y el promotor deseaba que se construyese en entramado ligero de madera. “Esto nos obligó a enfrentarnos a un material y un sistema constructivo sobre el que no nos habían enseñado nada en la Escuela -admiten-. Tuvimos la fortuna de entrar en contacto con una empresa muy seria que construía con este sistema, y de la que aprendimos las cuestiones básicas. A partir de ahí, por suerte, pudimos tener continuidad constante en proyectos de construcción con entramado ligero de madera, trabajando con diferentes empresas, hasta el día de hoy.
Aprendiendo y mejorando con cada proyecto, enseguida nos dimos cuenta que estábamos haciendo construcciones con unas prestaciones térmicas y energéticas superiores a lo que nos estaba exigiendo la normativa vigente, lo cual nos llevó de manera natural a seguir formándonos en eficiencia energética y especializándonos finalmente en el estándar Passivhaus.
¿Cuáles son vuestros proyectos estrella?
En la actualidad, el 90% del trabajo que desarrollamos en el estudio es con estructura de madera y con estándares de alta eficiencia energética, tipo Passivhaus, habiendo participado en más de 20 edificios certificados o en fase de certificación, de diferentes escalas y programas.
Dentro de los ejecutados en madera, estamos especialmente satisfechos con el Albergue de Peregrinos de Zegama, un pequeño edificio certificado Passivhaus para los peregrinos del Camino de Santiago, en un enclave natural maravilloso. Igualmente, el Espacio Polivalente para la Juventud del Valle de Aranguren será un equipamiento con un planteamiento novedoso en cuanto a la estructura de madera. Algunas viviendas en las que la presencia de la madera es intensa tanto en el interior como en el exterior. Incluso una última reforma interior que hemos realizado en San Sebastián. En todos estos proyectos hemos pretendido que la madera como material sea la protagonista del espacio, que cualifique la atmósfera interior de los edificios aportando al usuario una experiencia sensorial y sensual intensa de la arquitectura.
En cuanto a los edificios que no han sido ejecutados en madera, especialmente orgullosos estamos de la ampliación y reforma de la Ikastola San Fermín, edificio educativo donde pudimos aplicar novedosos conceptos educativos a los espacios interiores, así como criterios de rehabilitación energética que garantizan un confort y calidad del aire interior adecuado para el disfrute de los más pequeños del Centro.
¿Qué ventajas destacaríais de la madera como material constructivo y para la decoración interior y exterior? ¿Cuáles son las propiedades que hacen que la elijais para determinados proyectos?
La madera nos permite entender la arquitectura en un triple escenario de descarbonización. Por una parte, utilizando madera en la fabricación y construcción de nuestros edificios, colaboramos a la minimización de la huella de carbono del sector de la construcción, aprovechando la capacidad de “secuestrar” CO2 que tiene la madera. Además, nos permite aplicar con facilidad y solvencia procesos de construcción y fabricación industrializada, utilizando materia prima y empresas transformadoras locales, ubicadas en radios inferiores a 300 km a las obras, buscando no sólo una sostenibilidad medioambiental, sino también económica y social.
En la fase de uso de nuestros edificios, la madera es el aliado perfecto para los estándares de alta eficiencia energética ya que, además de facilitarnos la consecución de los objetivos de descarbonización, minimizando demandas y consumos que persiguen dichos estándares, complementa con su componente ambiental los criterios estrictamente energéticos de los estándares pasivos.
Por último, en la fase de desensamblaje de los edificios, la madera contribuye a una más sencilla desaparición y desmontaje del edificio mediante su construcción seca y con uniones reversibles, menor generación de residuos, así como la posibilidad de reutilización casi infinita de los componentes de base madera con un coste de transformación muy bajo.
De cara a los interiores y exteriores, nos interesa la madera por sus cualidades sensoriales, su capacidad de entrar en resonancia con los biorritmos del usuario, así como por sus propiedades inherentes que mejoran la física de la construcción de nuestros edificios.
¿Qué especies de madera son las que más empleais, por sus prestaciones estructurales y por su estética?
Para las estructuras utilizamos coníferas, en diferente grado de transformación; habitualmente pino radiata y pícea abies.
En cuanto a interiores, el roble y el castaño. Y para exteriores, nos gustan el alerce y las maderas acetiladas y termotratadas.
Las elegimos según el caso y el uso, en función de su dureza y durabilidad, así como de sus valores estéticos y sensoriales.
¿Está la madera cada vez más presente en la arquitectura actual? ¿lo piden los clientes? ¿cuál creéis que es la tendencia a futuro para este material?
La madera es un material totalmente asentado en la arquitectura desde hace muchos años. Habitualmente nuestros clientes privados vienen buscando construcción en madera de alta eficiencia energética. En cuanto a los concursos públicos, nos gusta seleccionar aquellos que parten de premisas similares a nuestros intereses.
La tendencia es clara, una vez estabilizados los mercados, la construcción en madera será algo habitual en el sector público y privado, alcanzando una buena cuota de mercado, siempre que se garantice ciertos procesos de industrialización.
¿Apostáis igualmente por la madera en los pavimentos?
En el sector de los pavimentos, a pesar de que se ha explicado muchas veces, el uso de la madera con suelo radiante sigue siendo una de las cuestiones que más preocupa a los promotores.
Igualmente, el miedo al mantenimiento constante y su coste elevado, es la otra gran cuestión que en ocasiones frena la posibilidad de prescribir pavimentos de madera, sobre todo en el sector de la promoción pública.
Se ha demostrado en diferentes estudios que la madera aporta beneficios para la salud, ¿creéis que esta información se conoce?
El usuario es consciente de que la utilización de materiales naturales es beneficioso para su salud. Pero es consciente de una manera “romántica” sin datos. Es necesario divulgar de una manera científica y contrastada estas cuestiones de bienestar y salud, y la incidencia positiva de la madera en dicha percepción, para que se ponga en valor por parte de usuarios y técnicos.
Igual que con la eficiencia energética, en el momento en que podamos poner datos y cifras a cuestiones de salud, confort y sensorialidad, será más sencillo que la sociedad lo valore y lo reclame como una variable necesaria más de sus edificios.